jueves, 9 de febrero de 2017

Hablan padres que adoptaron adolescentes: "Ellos nos eligieron a nosotros como familia"

El caso del adolescente que busca una familia que lo adopte posiciona un tema del que poco se habla. Formar una familia con pre adolescentes o jóvenes cerca de ser mayores de edad también es una posibilidad válida para ser padres. Gisela Nicosia GISELA NICOSIA Fuente: El pedido de un adolescente que desea dejar de vivir en un hogar estatal para tener una familia antes de ser mayor de edad se difundió en los medios. Su mensaje instaló un tema del que poco se habla. ¿Cómo es adoptar a un adolescente? Convertidos en familia: Antonio, Eliana, Estefanía y Gimena. A Antonio Romeo y su mujer, Eliana Giffoni, esa pregunta no los detuvo. Tenían miedo y más incógnitas que certezas pero no se olvidaron de su deseo: formar una familia. “Después de casarnos, hicimos todos los tratamientos posibles para tener un hijo pero no pudimos. Fuimos por nuestra cuenta al Registro Único de Adopción (RUA) y vimos que hay un montón de chicos “grandes” para adoptar. Teníamos pedido de adopción para chicos de 5 años en adelante y nos llamó una jueza y nos contó sobre la posibilidad de tomar la tutela de una nena de esa edad pero que tenía una hermana de 13 años", cuenta y toma aire para seguir. "Fue un desafío, lo pensamos y sabíamos que dependíamos de que ellas nos eligieran a nosotros y así fue”, cuenta anticipando el final de su historia. No lo hace para ser simplista o apurado, sino porque la historia que en realidad destaca es el día a día que comparte con ellas y la felicidad de convertirse en papá. "Fue un desafío, lo pensamos y sabíamos que dependíamos de que ellas nos eligieran a nosotros y así fue Los cuatro unidos: La foto esperada con tanto amor. El matrimonio vive en Mendoza, en Capilla del Rosario, y en 2007 adoptó a dos hermanitas. Asumieron el difícil desafío de integrar a dos chicas grandes para el parámetro medio de adopciones y con una de ellas en plena adolescencia. Y rompieron el mito de que “los chicos ´grandes´ ya vienen formados”. “Los chicos necesitan una familia siempre. Antes de conocerlas teníamos en claro que dependía de su aprobación. Y al vernos nos reconocimos como si hubiéramos estado en contacto desde siempre. La más chica estaba más dispuesta pero la mayor era más cauta. Con el tiempo todo fue más sencillo. Conocieron la casa, y la convirtieron en la suya. Y se vincularon rápido con el resto de la familia”, repasa Antonio con alegría. "Los chicos necesitan una familia siempre Tanto él como Eliana estaban en contacto con especialistas y se habían asesorado desde el momento en que iniciaron los trámites de adopción. Además habían iniciado una red de contacto con otras parejas en la misma situación. ARMAR UNA FAMILIA “No se impone el adulto sobre el menor. Éramos los cuatro los que debíamos formarnos como familia. Y el entorno ayudó a que entre todos nos ensambláramos”, dice el papá de Estefanía y Gimena, y sigue su relato. “En la primera reunión que tuvimos, la jueza nos hizo firmar un acta donde asegurábamos que debíamos portarnos como papá y mamá y respetando y priorizando a las chicas. Así fue como todo quedó claro y fuimos funcionando bien”, cuenta. Desde que su hermana Gimena tenía tres años, las hermanas pasaron por varias casas -la de amigos, la de una tía abuela-. “Siempre nos quedó el miedo al rechazo. Cuando llegamos a casa teníamos miedo de que nos rechazaran por todo lo que habíamos vivido. Pero finalmente nunca se dio esa situación”, describe Antonio. “Puedo decir que no fue fácil ni difícil. Y los que desean formar una familia deben saberlo”. "Éramos los cuatro los que debíamos formarnos como familia Con los miedos de padre primerizo, Antonio le preguntaba a otros papás cómo manejarse en ciertas situaciones. “Cuando llevaba a bailar a Estefanía consultaba a otros padres cómo hacían ellos para criar a sus hijos y saber dónde estaban. La adolescencia es siempre un momento complejo para los chicos. Y la verdad es que logramos mucha comunicación, donde iba me avisaba y me decían que me quede tranquilo, ya que eso era un buen signo. Pero era mucha información de la nada", repasa y suma otra anécdota. "Cuando llegaba a casa, había una fila de pretendientes, amigos de mi hija, que querían invitarla a salir y yo me reía por estar viviendo ese momento de todo padre, y a la vez pensaba en cómo cuidarla. Son momentos lindos y también forman parte de ser familia”, relata. LA PRIMERA NIETA Al poco tiempo de convivir con sus hijas adoptivas llegó el momento de organizar la fiesta de 15 de Estefanía y años después también celebraron la de Gimena. “Las marcó a fuego la primera fiesta. Fue vivido con mucho amor y entusiasmo. Fue una fiesta hermosa y todo lo que compartimos lo fue y lo es en la actualidad”, añade. Antonio y Eliana no se detuvieron en la idea de querer únicamente adoptar un bebé. Sabían que “armar una familia” era un objetivo superar a la idea de “tener un hijo”. La reina de la casa: la nieta de Antonio y Eliana. “Entiendo que muchos sueñan con el bebé y su crianza desde cero. Pero los chicos son esponjas siempre. Aprenden todo, te imitan, te siguen y vale la pena animarse porque son chicos que nos necesitan. Además, yo ahora disfruto de una beba hermosa, que es mi nieta y la tengo gracias a que tengo una hija y las amo con locura”, dice Antonio , y se emociona al hablar de su nieta. LA PALABRA DE UNA ESPECIALISTA El joven que desea ser adoptado por una familia, identificado con las iniciales L.M., vive en un hogar desde los 8 años y según la jueza a cargo de su caso, Clara Obligado, la cantidad de años que pasó internado se debe a dos factores: "la desidia terrible de su madre" y que "las familias que intentaron adoptarlo no estuvieron a la altura de las circunstancias". No es un hecho aislado. Según la licenciada en Psicología Vincular de Familia con niños y adolescentes, Gilda Podesta, Equipo directivo FUNDACIÓN JUANITO, "es importante desarmar el instituido de familia moderna 'ideal'para dar lugar a otros escenarios posibles. Y se debe visibilizar que también hay familias que abandonan a chicos que adoptaron porque 'no es cómo lo soñaron'". Podestá analiza los porqués de los fracasos de tantas experiencias adoptivas. "Un 30% de los chicos mayores de tres años en adopción son devueltos. La tónica suele ser que los adultos vienen a salvar y los niños deberían ser muy agradecidos. No entran muchas veces en el armado de "lo común" para configurar familiar. Existe una necesidad de conocerse para armar vínculos y garantizar que ese niño tenga adoptantes para formar su familia", concluye.